Nuestro París fue en Octubre, contrariamente al desarrollo de este raro invierno, nuestros días fueron fríos y lluviosos, más que ningún día hasta la fecha en Barcelona.
Vivimos 4 días de un París pre-atentados, tranquilo y confiado. Un parís como el de Hemingway, una fiesta, de turistas arriba y abajo y lugareños acostumbrados a esa sensación de hormiguero.
Y entre ellos nosotros, unos turistas más, con un bebete que estaba a punto de cumplir los 9 meses y nosotros, cansados por nuestras nuevas rutinas pero con ganas de ver.